Tema 1: MCERL


En este primer tema, hemos hecho una rápida contextualización de la situación lingüística europea remontándonos a los años 50 hasta la creación del MCERL, siglas en español del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas que, como su nombre indica, busca crear una marco común para armonizar la enseñanza de idiomas alrededor de tres ejes: aprender, enseñar y evaluar. Nace de la necesidad de la Unión Europea (UE) de crear un contexto lingüístico común a todos los países miembros. La sociedad del siglo XXI evoluciona de manera exponencial por lo que debemos adaptarnos y parte de esta adaptación requiere el conocimiento de, al menos, una lengua extranjera. Sus tres objetivos son los siguientes:
  1. Estandarizar los niveles de lenguas para que los países puedan certificar de forma igualitaria y objetiva el conocimiento de lenguas dentro del territorio europeo.
  2. Participar en la definición de niveles de referencia.
  3. Proponer una herramienta de autoevaluación de las competencias: el portafolio de idiomas.
Los objetivos de la política lingüística de la UE se podrían separar en dos vertientes: por una parte, los objetivos políticos y económicos, relacionados con cuestiones como la movilidad, el empleo, las TIC, etcétera y, por otra, los objetivos culturales y sociales que se centran en aspectos como el respeto, la tolerancia, la integración y la riqueza cultural. En esta sesión, le hemos echado un vistazo a los 9 capítulos del MCERL haciendo especial hincapié en el enfoque orientado a la acción, las competencias y niveles de competencias, el problema del multilingüismo y plurilingüismo, las metodologías de enseñanza-aprendizaje y la evaluación de las competencias así como los criterios a la hora de evaluarlas.


Me gustaría hacer especial hincapié en la filosofía de acción recogida en el marco. Es ahí donde radica la diferencia fundamental entre las orientaciones que presentan los sistemas educativos de antaño y el nuevo enfoque del MCERL. En la actualidad, los docentes se enfrentan a un alumnado desmotivado, sin ganas de aprender. Con la finalidad de recuperar la motivación de los estudiantes para conseguir un aprendizaje significativo, han surgido nuevos enfoques educativos tales como el enfoque orientado a la acción.



Este enfoque usa la lengua como una herramienta que usará el alumno para aprender a través de su uso y mediante tareas y proyectos en un contexto social determinado. Personalmente, me parece un enfoque útil para la enseñanza de idiomas, ya que convertimos al alumnado en el protagonista de su propio aprendizaje. Nosotros pasamos a ser una guía, un apoyo que los acompañará y ayudará a lo largo del camino para llegar al conocimiento, pero ellos serán los responsables principales del proceso. Así, al implicar al estudiante directamente, conseguimos mantener un alto nivel de motivación. El alumno ya no se comunica solo para hablar con otro, sino para actuar con él a través de la lengua.
Soy partidaria de la idea de que para aprender una lengua hay que usarla. Partiendo de la premisa de que las lenguas funcionan en la medida en que haces cosas con ellas nace el aprendizaje por medio de proyectos y tareas. Las lenguas se aprenden y practican relacionándose con otras personas por medio de tareas y proyectos de diversos tipos donde las habilidades y destrezas lingüísticas se complementan con otras de forma transversal e interpersonal para:
  • un desarrollo pleno de la competencia comunicativa,
  • la efectividad en el trabajo y
  • para mejorar las relaciones interpersonales.
La comunicación y el aprendizaje suponen la realización de tareas no sólo de carácter lingüístico. Estas tareas requieren del uso de estrategias en la comunicación y en el aprendizaje para escapar de la rutina y del automatismo. La relación entre estrategias, tarea y texto depende del carácter de la tarea. Las tareas pueden estar o no relacionadas con la lengua (leer y comentar un texto, rellenar huecos, tomar notas…) o también pude incluir un componente lingüístico (cocinar siguiendo una receta). Es posible llevar a cabo infinidad de tareas sin recurrir necesariamente a una actividad de lengua. Por ejemplo, pintar con tus amigos una habitación. Se puede hacer en silencio o quizás puedes intercambiar opiniones sobre lo que estáis haciendo o sobre otros temas que no guardan relación con la actividad que estáis realizando, o quizás uno de tus amigos tararea una canción mientras pinta. El uso de la lengua se hace necesario cuando alguien del grupo no sabe qué es lo que hay que hacer o cuando, por algún motivo, la rutina establecida no funciona.
El uso de este tipo de enfoque en las clases de idiomas supone introducir actividades de la vida cotidiana. Ofrece a los alumnos una oportunidad de salirse del contexto académico, permitiéndoles darse cuenta de que son capaces de comunicar para hacer algo real. Se introduce un aspecto auténtico en el uso del idioma y en sus interacciones. El papel del profesor cambia también con este enfoque, se convierte en un creador de tareas y tendrá que buscar colaboraciones con usuarios nativos de la lengua meta con los que los alumnos podrán interactuar.


Como conclusión, podemos afirmar que el aprendizaje orientado a la acción aumenta la motivación del alumnado, permite la aplicabilidad del conocimiento, potencia que el foco del proceso de enseñanza-aprendizaje se centre en el alumno y no en el profesor, fomenta el aprendizaje autónomo y cooperativo.
El dominio eficaz de las lenguas así como una buena competencia lingüística son imprescindibles en el nuevo marco laboral europeo caracterizado por la movilidad. El MCERL ha sido una gran ayuda y una herramienta imprescindible para toda Europa. No sólo promueve el aprendizaje de lenguas para favorecer la movilidad internacional sino que también favorece el desarrollo personal y profesional de los ciudadanos europeos. También contribuye a impulsar el nacimiento de una Europa plurilingüe en detrimento de la Europa bilingüe anterior, fomentando una actitud de respeto y tolerancia entre culturas.
Está claro que esta filosofía de la acción del MCERL supone un gran desafío para la docencia secundaria obligatoria y también para las escuelas de idiomas. ¿Cómo incorporamos todos esos objetivos de forma eficaz? ¿Cómo mejoramos los resultados actuales? ¿Cómo preparamos a nuestros estudiantes para la movilidad y el trabajo en el extranjero?
Bien, estas son preguntas a las que tendremos que ir buscando respuesta a lo largo del camino, mientras intentamos desarrollar una actitud positiva ante el aprendizaje de lenguas.


REFERENCIAS
  • Comisión Europea. (2002). Marco común de referencias para las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación. Centro Virtual Cervantes. Recuperado de: http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/marco/cvc_mer.pdf
  • Resolución del Consejo de la UE de 14 de febrero de 2002 relativa a la promoción de la diversidad lingüística y el aprendizaje de las lenguas en el marco de la realización de los objetivos del Año Europeo de las Lenguas 2001, DO 2002/C 50/01.
  • MECD (2011). Objetivos educativos españoles y europeos. Estrategia Educación y Formación 2020. Informe español 2013. http://www.mecd.gob.es/dctm/inee/indicadores%E2%80%90educativos/informeet20202013.pdf?documentId=0901e72b81732dc8




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